jueves, 26 de marzo de 2015

CLASES DE RIESGO ERGONOMICO

Se conocen varias clases de riesgos ergonómicos, entre las que se destacan la postura, el manejo del peso, las superficies de trabajo, los movimientos repetitivos y las flexiones, entre otras. A continuación se la relacionan las distintas clases y las posibles consecuencias que  provocan en el trabajador.

 La  postura: Según las funciones que un trabajador tenga en la empresa, se pueden encontrar distintas posturas: de pie, sentado, inclinado, en cunclillas, etc. Con el fin de  evaluar si existe algún riesgo ergonómico se debe tener en cuenta también la posición del cuello, las extremidades superiores e inferiores, de la espalda y de las caderas, haciendo énfasis en la región lumbar.



 El manejo de pesos: Por ejemplo de la materia prima, los insumos, de las herramientas y del producto terminado. El mayor riesgo se produce cuando el trabajador realiza un levantamiento incorrecto de objetos  con un tamaño y volumen  considerable, producto de la falta de educación de entrenamiento y de un equipo adecuado para efectuar el levantamiento.



 Las  superficies de trabajo inadecuadas: Esta categoría del riesgo ergonómico obedece al diseño de los puestos de trabajo; en muchas ocasiones no se tienen en cuenta los movimientos que deben ejecutar el trabajador, los sitios donde se ubican los materiales, los insumos y las herramientas, los instrumentos o medios de  percepción de señales, los instrumentos o medios para ejercer el control de acuerdo a lo que se  percibe y las sillas. E s por ello que, cuando  las superficies de trabajo no son las más adecuadas, el trabajador tiene  que realizar estiramientos  verticales u horizontales en sentidos laterales, lo que puede acarrear lesiones osteomusculares.







Los movimientos repetitivos: Ya sean con las manos, los brazos, la columna en la  zona lumbar o los pies, se presentan cuando el  trabajador requiere realizar acciones a través de los medios  o sistemas de control, como ejemplo palancas, pedales, perillas, etc. Estos deben ser evaluados solo en aquellas actividades en que el trabajador repite continuamente una acción.



Las flexiones: Son movimientos del cuerpo a través de los cuales los huesos y otras partes se aproximan entre sí, por ejemplo la flexión del brazo, del codo, etc. El hecho de no disponer de un espacio de trabajo organizado puede obligar al trabajador a adoptar posturas no acordes con sus características anatómicas, a manejar y levantar objetos por encima de la norma legal, que pueden producir estrés y generar tensión muscular acompañada de dolor. Las zonas que más se resienten son el cuello, los hombros, la espalda y la región lumbar.





El gasto calórico: A la liberación  de energía de una persona se le denomina energía metabólica, la cual está constituida por tres clases de energía: la energía laboral, la basal y la extralaboral.
Para  la energía laboral se utilizan las tablas del instituto Max Planck (ver la siguiente tabla) las cuales  establecen las relaciones de trabajo  energía calórica; estas medidas se encuentran en función de la postura del cuerpo y de la actividad que desarrolla el trabajador. Para su utilización se deben identificar las funciones que tiene el trabajador en un cargo y luego se divide cada función en actividades, lo que permitirá identificar la postura, la actividad que desempeña y el consumo calórico necesario de kilocalorías.















Tania Castro. 

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